DIARIO EL TIEMPO DE QUITO
8 DE AGOSTO DE 1979
Espejo del Ecuador
LOS ANALFABETOS
Javier Simancas C.
Los ochocientos millones de analfabetos del mundo; los sesenta y ocho millones de América Latina y los dos millones que hay en Ecuador, probablemente no conocerán que, en su nombre, la UNESCO y demás instituciones encargadas de dar datos de este problema social, celebran el Día del Analfabetismo el ocho de septiembre de cada año.
No se enterarán porque esa inmensa mayoría de seres humanos están al margen de la atención estatal que se niega a satisfacer sus necesidades básicas que les permitan incorporarse al desarrollo nacional.
El analfabetismo en el Ecuador es la dramática situación de vida de millares de indígenas que sobreviven entre la miseria y el hambre, entre la desnutrición, enfermedades y la muerte, fenómeno que se arrastra desde siglos. Es que los gobernantes nunca han asumido con responsabilidad la solución a este problema sea por conveniencia o quizá por ignorancia.
El Ministerio de Educación Pública tiene programas de alfabetización con insignificantes fondos, pero jamás ha planeado una masiva campaña en que todos puedan participar. Aquella que propuso la Unión Nacional de Periodístas.UNP, fue la única, pero lastimosamente el solo enseñar a leer y escribir, sumar, restar o multiplicar no fue la solución para incorporar a ese sector de la población a los adelantos que la ciencia y la técnica proporciona y por encima de éstos para exigir sus derechos.
Los iletrados siguen sin poder interpretar la realidad nacional y siguen al margen del desarrollo, porque a este programa le faltó el complemento necesario y concomitante como es la educación sanitaria, la erradicación de las enfermedades crónicas, una mejor nutrición, más fuentes de trabajo, un mejor nivel de vida y la continuidad de la educación permanente.
El diputado liberal Raúl Clemente Huerta, propone un plan masivo e intenso de alfabetización, al estilo cubano. Esta iniciativa que, por primera vez se plantea en el país, sin duda alguna, si tiene aceptación del gobierno. Sería el primer paso real para erradicar definitivamente este fenómeno. Corresponde al Ministerio de Educación poner en práctica esta idea porque, como propone el legislador, a esta acción se unirían todos los ecuatorianos agrupados en instituciones, asociaciones y también los medios de comunicación social.
Si el reto si no lo acoge el Ministerio podrían asumirlo los partidos políticos que tendrían la oportunidad de demostrar que son organizaciones sólidas y estables y que les preocupa el bienestar de todos. Cada colectividad política podría movilizar a sus militantes y exhibir ante la República su auténtica fuerza, contando para ello con los recursos económicos que el Estado asigne y que como propone el diputado liberal no puede ser menor a doscientos millones de sucres anuales, por el lapso de cuatro años.
A esta tarea se incorporaría la radio, como el medio que mayor acceso tiene en el sector rural. Los marginados esperan que la fuerza del cambio se traduzca en hechos y que el plan gubernamental tome en cuenta a los millares de indígenas sumidos en la miseria y la explotación.