DIARIO EL TIEMPO DE QUITO
5 DE SEPTIEMBRE DE 1979
Espejo del Ecuador
DOS ILUSTRES LOJANOS
Javier Simancas C.
Dos ilustres lojanos, Manuel Benjamìn Carriòn e Isidro Ayora Cueva, han recibido el justo reconocimiento de los diputados y estos también han rendido homenaje a la provincia de Loja, víctima de la indiferencia y abandono gubernamental
¿Quién de los hombres y mujeres de esta y la anterior generación no ha oìdo o leìdo a Benjamìn Carriòn?;¿ quién no sabe sobre la personalidad del doctor Isidro Ayora, que como Presidente de la Repùblica fundó el Banco Central del Ecuador, convirtió a los Tribunales de Cuentas provinciales en la Contralorìa General de la Nación y revolucionó todo el aparato estatal para encauzar su acción por los senderos de una moderna administración, principalmente en el campo económico durante las primeras tres décadas del presente siglo?
Todos sabemos algo o mucho de estos dos hombres, más los gobernantes sucesivos o no quisieron reconocer su aporte a la cultura, a las letras y a la política o no quisieron rendirles tributo y ubicarlos en el justo sitio que se merecen.
Los representantes de la provincia de Loja, a insistencia de los grupos culturales, políticos locales, encauzaron y lograron unánimemente que por fin haya justicia, la misma que estará incompleta, mientras no se levantan sendos monumentos nacionales de estos dos hombres que, en su tiempo, contribuyeron para que el Ecuador alcance algo más en su organizaciòn social y política,ser conocido en el ámbito internacional.
La Casa de la Cultura Ecuatoriana y sus núcleos provinciales llevarán el nombre de su fundador, pero se hace indispensable que estos centros culturales relieven la figura de don Manuel Benjamìn Carrión como escritor, como político, como profundo observador de nuestra realidad, editando sus obras.
El 31 de agosto, fecha en que nació Isidro Ayora, no puede tener significado, sino se exalta la personalidad de este Presidente que sentó las bases que aún perduran y que generan desarrollo. No solo creó el Banco Central sino el banco de Fomento, la Superintendencia de Bancos; sentó las lìneas de lo que debía ser la atención médica, pues él como médico sintió y vivió lo que las enfermedades pueden causar en el hombre, minando su propio desarrollo y en consecuencia del país..
La vida de estos dos ilustres lojanos, un ejemplo de hoy y de mañana y testimonio de una etapa de nuestra historia, bien merece conocerse y alcanzar amplia difusión por sus juicios y por sus obras, como valioso aporte de ecuatorianidad.