DIARIO EXPRESO DE GUAYAQUIL
29 DE MAYO DE 1990
LOS COQUEROS DE NAPO (IV)
Por Javier Simancas C.
No hay duda que las instituciones públicas encargadas de la lucha contra el tráfico de drogas no tienen la suficiente capacidad de maniobra para enfrentar este azote que opera en esta "isla de paz." Lo que si tienen son estudios , perfiles, diagnósticos de una realidad temebrosa;saben que las provincias de Sucumbíos y Napo son parte del triángulo del narcotráfico colombo-peruano-boliviano -brasileño.
También tienen conocimiento de que el territorio ecuatoriano es un puente para el suministro de precursores químicos,que junto a las actividades de los narco-abogados, narco-jueces, narco- carceros , narco-bancos, narco químicos, narco lavadores de dólares y testaferros en lod drctores de la agro-industria , construcción bienes-raíces;en la grande y pequeña industria,, forman una poderosa red que tiene profundas raíces no sólo en los sectores privado y público, cuyos representantes protejen las operaciones ilegales para convertirlas en lícitas.
Los presidentes andinos en 19 8 4 en esta capital firmaron la Declaración “Rodrigo Lara Bonilla” para impulsar los esfuerzos conjuntos para combatir el narcotráfico. El Parlamento Andino y Latinoamericano ha hecho otro tanto. Por desgracia todo parece que ha quedado en declaraciones retóricas frente a la realidad.
Lo mismo ocurre en el orden interno.Varios proyectos legislativos para reformar la antigua Ley 108 y convertirla en una más ágil, moderna y preventiva, han chocado con los oscuros intereses de los traficantes que, igualmente, han extendido sus brazos hacia los órganos de control público y político.
Las propuestas han sido calificadas como demasiado teóricas yantinacionales que responden a consignas foráneas antes que a vislumbrar soluciones propias. Se ha dicho que si se controla el contrabando de precursores químicos y los cultivos de coca y se declara una guerra total a los productores de cocaína, se resolvería el conflicto .
En cierto modo las reformas apuntan hacia esos objetivos, aunque sin la claridad que exige la lucha contra este azote que en nuestra "isla de paz" ya ha cobrado varias víctimas y seguirá su tributo si es que no se asume con seriedad y sin miedo esta batalla para evitar que los males de Colombia y Perú invadan nuestro territorio.
Los coqueros de Napo trabajan, los legisladores descansan . No hay sindéresis entre lo que se pregona y se hace.El gobierno mira hacia otro lado.