La violencia que se desató en países como Ecuador, en donde a comienzos de este año incluso el Gobierno declaró la existencia de un “conflicto armado interno” en medio de la crisis carcelaria, está reduciendo el crecimiento económico y el desarrollo, la creación de empleo y profundizando la pobreza en los mercados,advierte el director del Banco Mundial para para Bolivia, Chile, Perú y Ecuador, Issam Abousleiman.
Ecuador es el último mercado en la región andina en donde ha habido este cambio muy radical frente a cinco años atrás hasta ahora,agrega. En este contexto el Banco Mundial prevé que la economía ecuatoriana crezca apenas un 0,3% este año, después de haber experimentado una expansión del PIB del 2,3% en 2023.
Pero no solo Ecuador es el afectado,según Abousleiman. Las proyecciones de crecimiento en Latinoamérica y el Caribe para el 2024, se sitúan en el 1,8% en la actualidad, influenciadas además por el encarecimiento del acceso al financiamiento ante las persistentes tasas de interés.
“Los últimos dos años han sido muy fuertes en términos de crecimiento debido a diferentes aspectos, pero uno es el acceso al financiamiento, que fue muy caro. Entonces, las inversiones también han bajado en términos de la tasa de interés mundial, que ha subido para controlar la inflación. Los precios de la minería se han mantenido, lo cual es bueno para esta región”, dijo.
Mencionó que sin la actual incertidumbre, los países andinos deberían crecer entre un 5% a un 8%, pero para ello se requiere desarrollar algunas políticas sectoriales, aumentar la productividad, modernizar y agilizar la parte empresarial y generar un buen ecosistema para las APP (Asociaciones Público – Privadas), que “pueden apoyar mucho en todo lo que es brecha en la infraestructura y otras brechas que pueden afectar el crecimiento”.
Recomienda trabajar en la juventud, adecuar la educación y desarrollar el capital humano para acelerar el crecimiento de los países andinos, mientras avancen al mismo tiempo en la diversificación de la economía más allá de la minería y los hidrocarburos.
En general advierte Abousleiman que la sombra de la violencia que se vuelve a posar sobre la región puede generar un costo equivalente hasta casi el 8% del PIB en los países golpeados por este flagelo en Latinoamérica.