El director de la OPS, Jarbas Barbosa, afirmó que la cooperación intersectorial es fundamental para lograr estos éxitos, así como el firme compromiso de los países con el desarrollo sostenible.
Barbosa recordó que la agencia se ha centrado en un enfoque holístico de “una sola salud” que integra los conceptos de salud humana, animal y medioambiental, lo que ha dado resultados.
En Sudamérica, se ha pasado de un 35% de ganado en zonas no vacunadas a un 65% con la inclusión de Brasil y Bolivia. Y estar en una región libre de fiebre aftosa sin vacunación significa que los países han conseguido controlar la enfermedad sin depender de la inmunización sistemática de los rebaños.
La fiebre aftosa supone una amenaza para la seguridad alimentaria y para la economía de los países. La vacunación del ganado ha sido la principal estrategia para controlar los focos y prevenir nuevos casos, lo que ha permitido a varios países lograr la erradicación de la enfermedad. Una vez comprobada la ausencia de transmisión del virus y eliminados los riesgos internos en un territorio, los países pueden suspender la vacunación y mantener la erradicación sin necesidad de seguir vacunando.
A punto de obtener la certificación de país libre de fiebre aftosa, Bolivia ha firmado un protocolo de intenciones para iniciar el proceso de adhesión a un mecanismo que garantice la disponibilidad de vacunas contra la enfermedad en caso de brote inesperado en países libres de fiebre aftosa. La nación se une a Paraguay y Ecuador en la iniciativa.