Por Patricio Orcés Salvador
Se entiende por lealtad un sentimiento de respeto y fidelidad a los propios principios morales, a los compromisos establecidos o hacia alguien. En ese sentido resultaría fundamental que en un compromiso de trabajo entre un principal y su alterno sea consecuente con esta relación de confianza y lealtad, pues no se entendería de otra manera como al participar en ciertas elecciones, especialmente las presidenciables se elija el binomio, sabiendo que se va a contar con alguien que apoye y coadyuve al cumplimiento de los objetivos y programas propuestos en un plan de gobierno definido previamente.
Entiendo que cuando se eligen los binomios se busca adherencias de otros partidos políticos y de regiones diferentes a las del principal, con el objeto de reforzar la afluencia de adherentes en los comicios y de esa manera sea más factible lograr un triunfo electoral.
Pero una vez logrado aquello significaría que debe tratarse en el binomio de presidente y vicepresidente lograr los acuerdos y buscar como compatibilizar los distintos caracteres y personalidades, especialmente tratándose de diferentes géneros, es decir refiriéndome a la relación entre hombre y mujer, igual que a lo acontece en un matrimonio, donde debe dejarse de lado las propias individualidades y tratar de ceder posiciones e intereses personales, para hacer posible que funcione adecuadamente esa alianza y que perdure en el tiempo.
Para esto yo creo que debe existir un alta dosis de lealtad a toda prueba, pues sólo así es posible pensar que se puede renunciar a intereses personales y obrar por el bien común y más aún si se trata de dirigir un país, en donde siempre van a aparecer los intereses particulares y sobre todo los que corresponden a los grupos de poder. Debería pensarse que aunque existan diferencias políticas, ideológicas o de cualquier especie, siempre debe cederse y aceptar el liderazgo de quien está primero al mando, en este caso sería lógico pensar que un Vicepresidente o Vicepresidenta, debe aceptar la autoridad de su superior jerárquico, es decir su Presidente y demostrar en su quehacer esa lealtad de firme compromiso para ayudar a sacar al país de sus problemas fundamentales, especialmente en lo que se refiere a lo económico, la inseguridad, los temas de salud y de educación y ahora principalmente que se está ya produciendo el fenómeno del niño y que nos vemos abocados a los racionamientos eléctricos y a las fuertes inundaciones.
Sería un clamor nacional pedir al señor Presidente Daniel Noboa que logre conseguir una relación de armonía y colaboración con su señora Vicepresidenta Verónica Abad, para que bajo este sano principio de lo que es la lealtad que se le debe tener y por prevalencia de su autoridad superior, puedan llegar a un entendimiento y fluidez en su relaciones personales, que hagan posible que se consiga la gobernabilidad y este país pueda salir adelante, pues se trata de un binomio que ha logrado llegar al poder con el apoyo mayoritario de un pueblo que necesita reivindicaciones sociales, una paz integral, una economía próspera y que por supuesto exista un trabajo sano y adecuado, que prevalezca la armonía y que Ecuador vuelva a ser ese remanso de paz y de prosperidad.
Séneca dijo: “La confianza produce muchas veces la lealtad”.