DIARIO EL TIEMPO DE QUITO
16 DE NOVIEMBRE DE 1978
Contra viento y marea
EL ENCUENTRO LITERARIO
Javier Simancas C. (Juan de la Luna S.)
Estos últimos días llamó la atención el anuncio que Quito será sede de un encuentro de escritores latinoamericanos con la presencia del peruano Mario Vargas Llosa, el argentino Jorge Luis Borges, el colombiano Gabriel García Márquez, el mexicano Juan Rulfo y otros, igualmente destacados de nuestro Continente. También estarán presentes otros aún desconocidos que quieren publicitarse.
La iniciativa parte de una editora privada que busca mercado entre los países andinos y que cree que una de las mejores maneras de abrirse paso, es propiciando estos encuentros porque permitirán un mejor conocimiento de escritores del mundo hispano. Lo que resulta interesante es que haya sido escogido Ecuador como sede de esta cita y que los organismos culturales con economías paupérrimas colaboren con este propósito, cuando todos sabemos que los esfuerzos en ese sentido a nivel nacional no han podido cristalizarse por la falta de medios económicos: Por esta causa y otras, permanecen nuestros valores literarios en el oscurantismo y lo más grave todavía desconocidos e ignorados en nuestros medio.
Los ecuatorianos no sabemos nada de nuestros ensayistas, historiadores, novelistas, poetas, científicos, sociólogos; de nuestros músicos mientras estamos saturados de autores extranjeros, con manifestaciones culturales ajenas a nuestra realidad tanto en lo editorial, como en el cine, la televisión y en la radio.
La falta de una verdadera organización cultural que agrupe a todos es uno de los factores de esta situación. Los pocos esfuerzos realizados por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, por las Universidades ecuatorianas, más bien, han diluido la intención y siguen ignorados escritores de renombre internacional, como Jorge Icaza, Demetrio Aguilera, Jorge Carrera Andrade, Carlos Eduardo Jaramillo, Pablo Palacio, Felicísimo Rojas. Siguen ignorados valores jóvenes que han obtenido premios como el “Miguel Cervantes” creado por las Academia de la Lengua Española como es el caso del historiador y novelista Carlos de la Torre Reyes, en fin, inéditos autores que, han tenido que recurrir a los editores extranjeros para difundir sus obras.
El ejemplo de esta editora particular, debe tomarse en cuenta para crear una editorial nacional que se dedique exclusivamente a la producción literaria de nuestros escritores para demostrar al mundo que Ecuador es rico en literatura, en arte, ciencia, música. Esa gran editorial debe contar con el financiamiento estatal y por sobre todo con la ayuda internacional, que sin intervencionismo puede aportar a este objetivo fundamental en esta hora de sutiles penetraciones.