Por Fernando Borja Gallegos
26 de enero de 2024
El silencio cómplice frente a la inmoralidad desbordante de la nobleza y de los banqueros en la Francia de 1778, así como la crisis económica, devino en desocupación, aspectos que causaron levantamientos y motines que tomaron cuerpo y se transformaron en violentos a principios de enero de 1789, como sostengo en mi artículo EL JUICIO DE LA HISTORIA: EL ECUADOR ACUSA, publicado en Radio Equnoccio.com., el 11 de julio de 2023.
El imperio de la corrupción, del despilfarro de los dineros públicos, del errado criterio del origen divino de los monarcas y de la diferencia de clases, produjeron la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789, que fue el precedente inmediato del fin de la monarquía y, por tanto, del futuro establecimiento de la República.
En el Ecuador, la impúdica conducta de los rectores de la vida nacional, que en reiterados períodos saquearon las arcas fiscales, como advertí en su oportunidad, en mi libro “Aquí existió un país: su noble pueblo no pudo contra la corrupción”, tercera edición, publicado en abril de 2011, produjo miseria y pobreza generalizadas las que, con caracteres alarmantes se agudizaron en la época contemporánea.
El pueblo ecuatoriano, el 20 de agosto de 2023, se pronunció por el cambio y, por ende, abriga la esperanza de que se adopten los correctivos que restablezcan la moral y la rectitud en la República.
Por los hechos que son de dominio público, cuyos antecedentes constan en el tenebroso pasado, en que, mediante fraude electoral, se inauguraron regímenes que provocaron el repudio y el caos nacional.
El Ecuador, eligió Presidente de la República al señor Daniel Noboa, Jefe de Estado que tiene la gran ventaja de no requerir de pactos, con ningún grupo político, para cumplir con su afán de poner orden y moral en el país.
Interesante rememorar, que el señor Daniel Noboa es hijo del abogado Álvaro Noboa, próspero empresario ecuatoriano, que triunfante en la contienda electoral de 1998, fue impedido de ejercer el cargo de Presidente de la República por el fraude electoral, fraude que el pueblo ecuatoriano lo rechazó y produjo un levantamiento popular, como sostengo en la página 70 de mi libro Aquí existió un país: su noble pueblo no pudo contra la corrupción, primera edición, de septiembre de 2001 y en la página 142, tercera edición de 2011, del mentado libro.
Por las consideraciones expuestas, el Gobierno Nacional, debe mantener la inquebrantable adhesión del pueblo y continuar por el sendero recto de la integridad moral, desechando toda componenda o pretendidos chantajes que debiliten los nobles sentimientos que lo animan al Presidente Noboa.