Por Fernando Borja Gallegos
26 de junio de 2019
El gran actor y escritor italiano Darío Fo, premio Nobel de Literatura de 1997, en su novela “Lucrecia Borgia. La hija del Papa”, que se presentó en Italia, reivindica a Lucrecia y sostiene “conozco bien esa época. Para este libro de los Borgia me he documentado en varios textos. Al final, todas las fuentes más acreditadas concuerdan que la imagen de una Lucrecia lujuriosa y sanguinaria no se corresponde con su verdadera personalidad”.
El gran escritor italiano Fo no la presenta como una mujer santa, pero la considera víctima de la desinformación. La reconoce “digna y de coraje”. En todo caso, debo advertir que Lucrecia Borgia tuvo defectos, no gravísimos defectos que la puedan catalogar como intrigante, malvada o pervertida.
Al cumplirse 500 años de su muerte, precisamente en este mes de junio, creo oportuno destacar que en mi libro “Lucrecia Borgia puta o santa”, primera edición, publicado en el año 2015, sintetizo la célebre vida de esa maravillosa mujer.
Mi libro tiene el propósito de comprobar que Lucrecia no es ni lo uno ni lo otro, simplemente aspira a que se tengan un conocimiento real de esa gran mujer.
Sostengo que Lucrecia Borgia “simplemente es una real hembra, que cautivó con sus encantos a curas y monjas, cardenales, obispos y seglares, diplomáticos y guerreros. Mujer calumniada por depravados, infames o mezquinos. Aplaudida y santificada por cuantos fueron beneficiarios de su pasión, ternura y afecto”.
En la familia de Lucrecia encontramos santos y demonios, Papas y Cardenales, virtudes y defectos.
Al analizar la vida de Lucrecia abordo la conducta de Pontífices que ofendieron la majestad de la Iglesia en el pasado y no desadvierto conductas que ofenden que, vinculados con el ayer, obliguen a meditar respecto del imperio del delito.
En la familia de Lucrecia se destacan Alfonso Borgia-Papa Calixto III, jurista y diplomático qué en 1455, canonizó a Vicente Ferrer y al año siguiente, ordenó la revisión del expediente instaurado en contra de Juana de Arco. Uno de los mayores crímenes cometidos en nombre de la Iglesia Católica, cuando Juana de Arco fue condenada a la pena capital.
Juana de Arco, en 1909 fue beatificada y, canonizada en 1920, en la Basílica de San Pedro. En 1920 Francia la proclamó su patrona y símbolo de la unidad.
Lucrecia Borgia, fue mujer de excelente educación: fue amplio el conocimiento de la literatura, de la música y el dibujo. Dominó el francés y el griego. Apoyó al reconocido poeta Pietro Bembo. Ariosto que publicó “Orlando furioso” y entre los pintores a Tiziano, del que fue su musa y a PInturicchio, entre otros.
El Papa Alejandro VI-Rodrigo Borgia, padre de Lucrecia, como se acostumbró en la época, buscó marido para su hija. El primero fue con Juan Sforza, en el año de 1493, al poco tiempo, fue disuelto el vínculo matrimonial por cuanto se afirmó que no se había consumado el matrimonio -1497-. En 1498 contrajo matrimonio con Alfonso de Aragón, matrimonio que terminó con el asesinato de su esposo. El tercer matrimonio de Lucrecia fue con Alfonso de Este en 1501.
Lucrecia se trasladó a Ferrara y se granjeó el afecto de su familia política, familia que pronto apartó las repugnantes historias que le atribuían a Lucrecia.
En 1505, Lucrecia y Alfonso, se coronaron como Duques de Ferrara, por la muerte de su suegro el Duque Hércules. En su Ducado instituyó hospitales, apoyo a los conventos y monasterios. Fue aplaudida públicamente por su actitud de solidaridad hacia los pobres.
El 24 de junio de 1529, falleció y, al día siguiente, 25 de junio, fue enterrada en la Iglesia Interior de Corpus Domini, en Ferrara.