El informe “Un mundo de deuda: Una carga cada vez mayor para la prosperidad mundial”, destaca el aumento sin precedentes de la deuda pública, que comprende tanto el endeudamiento interno como el externo de las administraciones públicas, al alcanzar un máximo histórico de 97 billones de dólares en 2023, con un notable incremento de 5,6 billones respecto al año anterior.
Igualmente alarmante es el aumento de los costes del servicio de la deuda. Los países de ingreso bajo y medio-bajo que se endeudaron cuando los tipos de interés eran bajos y existía apetito por parte de inversionistas, dedican ahora alrededor del 23% y el 13% de sus ingresos por exportaciones, respectivamente, a pagar su deuda externa.
Señala además que el creciente coste de la deuda está drenando recursos públicos vitales necesarios para el desarrollo. Unos 3300 millones de personas, casi la mitad de la humanidad, viven actualmente en países que gastan más dinero en pagar los intereses de sus deudas que en educación o sanidad.
También analiza las actuales desigualdades, rigideces y problemas de la arquitectura global de la deuda soberana y aboga por una reevaluación exhaustiva de estos factores, que abarcan la demografía, la salud pública, los cambios económicos mundiales, el aumento de los tipos de interés, los realineamientos geopolíticos, la inestabilidad política, así como las implicaciones de la deuda soberana en las políticas industriales de los Estados deudores.
Termina recomendando contraer deuda, emitir instrumentos de deuda, como bonos y préstamos, gestionar la deuda, hacer un seguimiento de la sostenibilidad de la deuda y, en caso necesario, reestructurar o renegociar las condiciones de la deuda.