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Miércoles, 03 Diciembre 2025 00:53

PAPA LEON XIV SE CONFIESA ANTE LA PRENSA

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VATICANO (Agencia AN)._ Pensaba jubilarme,pero me rendí a Dios,confiesa el Papa León XIV en un diálogo con la prensa que lo acompañó en su primera gira al exterior.

Esta gira  cubrió Turquía y Libano. El diálogo se realizó en el vuelo de regreso a el Vaticano. 

Aquí un  resumen:

Joe Farchakh (LBC International): Mi pregunta es si utilizará sus contactos con el presidente Donald Trump y con el primer ministro Benjamin Netanyahu para  detener la agresión de Israel contra el Líbano? ¿Es posible una paz sostenible en la región?

En primer lugar, sí, creo que es posible una paz sostenible. Creo que cuando hablamos de esperanza, cuando hablamos de paz, cuando miramos hacia el futuro, lo hacemos porque es posible que la paz vuelva a llegar a la región y llegue a su país, el Líbano. De hecho, ya he mantenido algunas conversaciones con algunos de los líderes de los países que ha mencionado y tengo la intención de seguir haciéndolo, personalmente o a través de la Santa Sede, porque el hecho es que tenemos relaciones diplomáticas con la mayoría de los países de la región y, sin duda, sería nuestro deseo seguir elevando este llamamiento a la paz del que he hablado al final de la misa de hoy.

Imad Atrach (Sky News Arabia):  ¿Antes de su viaje, Hezbolá le envió un mensaje, no sé si lo recibió, si lo leyó. ¿Qué nos puede decir al respecto? 

Un aspecto de este viaje que no fue el motivo principal, porque el viaje surgió pensando en cuestiones ecuménicas, con el tema de Nicea, el encuentro con los patriarcas católicos y ortodoxos y la búsqueda de la unidad en la Iglesia. Pero, de hecho, durante este viaje también tuve encuentros personales con representantes de diferentes grupos que representan a autoridades políticas, personas o grupos que tienen algo que ver con los conflictos internos o incluso internacionales en la región. Nuestro trabajo no es principalmente algo público que declaramos en las calles, sino que se desarrolla un poco entre bastidores. Es algo que ya hemos hecho y seguiremos haciendo para convencer a las partes de que dejen las armas, la violencia, y se sienten juntas a la mesa del diálogo. Buscar respuestas y soluciones que no sean violentas, pero que puedan ser más eficaces.

 

Cindy Wooden (CNS): Santo Padre, hace unos meses dijo que hay mucho que aprender para ser Papa.  ¿Puede decirnos qué está aprendiendo? ¿Qué es lo más difícil de aprender para ser Papa? Y usted nunca nos ha dicho nada sobre lo que sintió en el cónclave cuando quedó claro lo que estaba pasando. ¿Puede decirnos algo al respecto?

Bueno, mi primer comentario es que hace solo uno o dos años yo también pensaba en jubilarme algún día. Evidentemente, usted ha recibido este regalo, mientras que algunos de nosotros seguiremos trabajando (una broma en referencia al hecho de que su colega se jubilará en diciembre, n.d.e.). En cuanto al cónclave, creo firmemente en el secreto del cónclave, aunque sé que ha habido entrevistas públicas en las que se han revelado algunas cosas. El día antes de ser elegido, le dije a una periodista que me había parado por la calle que había ido a comer con los agustinos. Y ella me preguntó: «¡Se ha convertido en uno de los candidatos! ¿Qué opina al respecto?». Y yo simplemente respondí: «Todo está en manos de Dios». Y lo creo profundamente. Uno de ustedes, que es periodista alemán, me dijo aquí el otro día: «Dígame un libro, además de San Agustín, que podamos leer para entender quién es Prevost». Hay muchos, pero uno de ellos es un libro que se llama «La práctica de la presencia de Dios». Es un libro muy sencillo, de alguien que ni siquiera firma con su apellido, el hermano Lawrence, escrito hace muchos años. Pero describe un tipo de oración y espiritualidad en la que uno simplemente entrega su vida al Señor y permite que el Señor lo guíe. Si quieren saber algo sobre mí, sobre lo que ha sido mi espiritualidad durante muchos años, en medio de grandes desafíos, viviendo en Perú durante los años del terrorismo, siendo llamado al servicio en lugares en los que nunca pensé que sería llamado a servir. Confío en Dios y este mensaje es algo que comparto con todas las personas. Entonces, ¿cómo fue? Me rendí cuando vi cómo iban las cosas y dije que esto podría hacerse realidad. Respiré hondo y dije: aquí estamos, Señor, tú eres el jefe, tú guías el camino

Gian Guido Vecchi (Corriere della Sera)¿Ve usted el riesgo de una escalada, de un conflicto llevado a cabo con nuevos medios como lo denunciado por los líderes de la OTAN? Y, en este clima, ¿puede haber una negociación para una paz justa sin Europa, que ha sido sistemáticamente excluida por la presidencia estadounidense en estos meses?

Este es un tema evidentemente importante para la paz en el mundo, pero la Santa Sede no participa directamente porque no somos miembros de la OTAN, ni de todos los diálogos mantenidos hasta ahora. Aunque muchas veces hemos pedido el alto el fuego, el diálogo y no la guerra. Y una guerra con muchos aspectos, ahora incluso con el aumento de las armas, toda la producción que hay, los ciberataques, la energía. Ahora que llega el invierno, hay un problema grave allí. Es evidente que, por un lado, el presidente de los Estados Unidos cree que puede promover un plan de paz que le gustaría llevar a cabo y que, al menos en un primer momento, no cuenta con Europa. Sin embargo, la presencia de Europa es importante y esa primera propuesta se modificó también por lo que Europa estaba diciendo. Concretamente, creo que el papel de Italia podría ser muy importante. Cultural e históricamente, Italia tiene la capacidad de actuar como mediadora en un conflicto entre diferentes partes. También Ucrania, Rusia, Estados Unidos... En este sentido, podría sugerir que la Santa Sede fomente este tipo de mediación y que busquemos juntos una solución que realmente pueda ofrecer paz, una paz justa, en este caso en Ucrania.

Elisabetta Piqué (La Nación)Queríamos preguntarle qué viajes está preparando para el año que viene realmente. Y hablando de América Latina, está preocupando muchísimo lo que está pasando en Venezuela. Hay un ultimátum del Presidente Trump a Maduro para que se vaya, para que deje el poder, y una amenaza a derrocarlo con una operación militar. ¿Qué piensa al respecto. 

En cuanto a los viajes, no hay nada seguro, espero hacer un viaje a África. Posiblemente sea el próximo viaje. Personalmente, espero ir a Argelia para visitar los lugares de San Agustín, pero también para poder continuar el diálogo, la construcción de puentes entre el mundo cristiano y el mundo musulmán. Ya en el pasado, en otra ocasión, tuve la oportunidad de hablar sobre este tema. Evidentemente, me gustaría mucho visitar América Latina, Argentina y Uruguay,.. Perú, creo que me recibirán, y si voy a Perú también muchos países vecinos, pero el proyecto aún no está definido.

Sobre Venezuela, a nivel de la Conferencia Episcopal, con el nuncio, estamos buscando maneras para calmar la situación, buscar sobre todo el bien del pueblo porque, muchas veces, quien sufre en estas situaciones es el pueblo, no son las autoridades. Las voces que vienen de Estados Unidos cambian y con cierta frecuencia, a veces, hay que ver. Por un lado, parece que ha habido una conversación por teléfono de los dos presidentes. De otro lado, hay ese peligro, esa posibilidad de que haya alguna actividad, alguna operación, incluso invadiendo territorio de Venezuela. Yo no sé más, yo de nuevo creo que es, digamos, mejor buscar maneras de diálogo, quizás presión, incluso presión económica, pero buscando otra manera para cambiar, si es lo que decide hacer Estados Unidos.

Mikail Corre (La Croix )Usted ha dicho que hay que seguir tendiendo puentes entre mundos diferentes. Me gustaría preguntarle: algunos católicos de Europa creen que el Islam es una amenaza para la identidad cristiana de Occidente. ¿Tienen razón o qué les diría usted?

Todas las conversaciones que he mantenido estos días, tanto en Turquía como en el Líbano, incluidas las que he tenido con varios musulmanes, se han centrado en el tema de la paz y el respeto por las personas de diferentes religiones. Sé que no siempre ha sido así. Sé que en Europa hay muchos miedos, pero la mayoría de las veces son generados por personas que están en contra de la inmigración y que intentan mantener fuera a las personas que pueden venir de otro país, de otra religión, de otra raza. Y en este sentido, me gustaría decir que todos necesitamos trabajar juntos. Una de las cosas positivas de este viaje es haber llamado la atención del mundo sobre la posibilidad de que el diálogo y la amistad entre musulmanes y cristianos sean posibles. Creo que una de las grandes lecciones que el Líbano puede enseñar al mundo es precisamente mostrar una tierra en la que el islam y el cristianismo están presentes y se respetan mutuamente, y en la que existe la posibilidad de convivir y ser amigos. Las historias y los testimonios que hemos escuchado en estos dos últimos días son de personas que se ayudan unas a otras. Cristianos y musulmanes, ambos han visto destruidas sus aldeas, por ejemplo, y nos decían que podemos estar juntos y trabajar juntos. Creo que esta es una lección importante que debemos escuchar en Europa y Norteamérica. Quizás deberíamos tener un poco menos de miedo y buscar formas de promover un diálogo auténtico y el respeto.

 

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