Por Fernando Borja Gallegos

11 de agosto de 2023

Sobre el repudiable asesinato de Fernando Villavicencio, múltiples hipótesis aparecieron, si se agrega a tantas teorías y declaraciones, las múltiples muertes de políticos, funcionarios y pueblo en general, en verdad se abrigan muchas dudas respecto de las garantías para subsistir en el Ecuador.

La noticia del atentado y posterior muerte del líder popular tiene alterada la mente y corazón del pueblo ecuatoriano.

Fernando Villavicencio, luchó y peleó en múltiples batallas, en contra de la corrupción y el crimen organizado y, del despilfarro de los dineros públicos. Además, exigió garantías que permitan la plena vigencia de la Constitución y la Ley.

El silencio cómplice frente a la inmoralidad desbordante, la falta de castigo a los infractores de la Ley, ponen en peligro la estabilidad política y la subsistencia misma del Estado.

Abrigo la esperanza, que la unidad nacional de paso al dialogo, que permita el restablecimiento de la paz y el orden en el país.

Para el efecto, es indispensable que las autoridades cambien de actitud y actúen con energía, personalidad, decoro y dignidad. Pues sin ellas, la sociedad ecuatoriana continuará por la pendiente del precipicio.

Fue interesante conocer, en medio de la apatía y caos imperante, que la oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos, F.B.I, colaborará a fin de ubicar y descubrir a los autores, cómplices y encubridores del lamentable magnicidio.

Como sostuvo Sartre “nada hay tan respetable como una impunidad largamente tolerada”. El pueblo ecuatoriano constantemente está indignado por cuanto circulan declaraciones que comprometen el prestigio de ex funcionarios y funcionarios actuales, por ende, indispensable que con imparcialidad se investigue y se sancione a los responsables de coimas y sobornos, como exigió Fernando Villavicencio.

El pueblo ecuatoriano no puede volver a equivocarse, no es aceptable el cuento de que “creí que sería un buen Presidente”. No ecuatorianos, concurran a las urnas y escojan a las autoridades que reúnan las cualidades morales e intelectuales indispensables para el cambio del país.