Por Hernán Patricio Orcés Salvador
La cultura en las sociedades significa el estado de preparación de su población, desde su concepción inicial, principalmente en cuanto se refiere a los sistemas educativos que se utilicen y la formación en los hogares, para generar una sociedad que desde sus inicios pueda crecer en valores y principios y que se sienta motivada a desarrollar procesos de renovación y de búsqueda de un ambiente que se traduzca en riqueza y prosperidad, no sólo en lo económico, sino principalmente en aquella educación que signifique disponer de comportamientos y actitudes de convivencia sana y correcta.
Si esto se practica en las sociedades con seguridad que las generaciones se multiplicarán con una dosis de formas de participación más acordes con muestras de respeto a sus semejantes, de honestidad en su comportamiento, de actitudes de acrisolada honorabilidad, donde puedan trasmitirse esos valores a toda la sociedad.
Se ve actualmente ese fracaso de las sociedades porque no han sabido educar a la población desde sus inicios, para que puedan continuar en las etapas siguientes de su formación y por supuesto también con relación a la instrucción recibida en los hogares, siendo los lugares principales donde se pueden transmitir valores y principios que puedan servir para que al actuar en la sociedad den muestras de comportamientos correctos entre sus colegas, con sus superiores, dentro de su familia y en todos los ambientes donde les toque actuar y además, que sean fieles cumplidores de sus deberes, que desechen los actos deshonestos y que den muestras de pulcritud y pureza en su diaria actividad.
Las sociedades deben acostumbrarse a comunicar y transmitir en su educación, no sólo la tecnología y la formación humanística, sino especialmente toda una amalgama de principios y valores de vida, para que cuando las nuevas generaciones tengan que cumplir labores públicas o privadas, sepan hacer de su actuación una hoja de vida pulcra, que deje huellas de trascendencia y de recuerdo, como un paso por esas funciones, con muestras de abnegación, de integridad y absoluto respeto a las conductas de vida que resulten las más satisfactorias, para tener una sociedad de cultura, que resplandezca ante la opinión pública y mundial.
No podemos aceptar que se viva en una sociedad carente de valores morales, que viva del atropello y del asalto a la dignidad humana y que sólo se trate de vivir en base a las intrigas, las mentiras, las falsas promesas, sino que por el contrario exista credibilidad en las propuestas, en los mensajes de opinión y que no se recoja exclusivamente lo negativo, la crueldad de la gente, los atropellos a diario, los asaltos sin contemplación de ninguna norma de convivencia social y pacífica. No podemos seguir viviendo de esta manera, debemos rescatar a las nuevas generaciones, para que se formen de otra manera y cuando les toque actuar puedan hacerlo en forma justa, correcta, con valores y principios y teniendo una alta dosis de amor al prójimo.
Mario Vargas Llosa dijo: “El conocimiento tiene que ver con la evolución de la técnica y las ciencias, y la cultura es algo anterior al conocimiento, una propensión del espíritu, una sensibilidad y un cultivo de la forma que da sentido y orientación a los conocimientos”.