DIARIO EXPRESO DE GUAYAQUIL
16 DE MAYO DE 1990
LOS COQUEROS DE NAPO I
Por Javier Simancas C.
Todo cambió en la Amazonía ecuatoriana desde hace cinco años. En Colombia habían sido arrinconados facciones de narcotraficantes y guerrilleros y a estos no les quedó otra cosa que penetrar en territorio ecuatoriano.
Fue fácil para ellos extender sus operaciones. Los narcotraficantes instalaron laboratorios clandestinos de pasta de cocaína y del producto acabado . Los subversivos huían de sus perseguidores o simplemente ingresaban para su reabastecimiento.
Nuestros campesinos víctimas del petrolerismo, del abandono y la indiferencia les fue más fácil sembrar coca que cultivar y a ello se dedicaron. Los negocios se volvieron más prósperos y se vieron nuevos rostros.
El poder de la narco economía comenzó a echar profundas raíces en esa zona virgen, solamente herida en sus profundidades por la extracción del oro negro.
Nadie, ni policías ni ejército, peor autoridad civil alguna, se dio cuenta o simplemente se pusieron una venda en los ojos para no ver a tiempo este fenómeno de suntuosidad salvaje. Con la picardía criolla los políticos locales corrieron la voz de que eran los efectos de la riqueza petrolera y taparon las transacciones sucias de propios y extraños.
La yuca, el plátano , el café,la palma africana dejaron de cultivarse . Miles de hectáreas fueron sustituidas por las plantas pequeñas de coca que tras su primera siembra se multiplicaba su cosecha cada cuatro meses.
Los ríos se convirtieron en rutas exclusivas de barbudos y extraños que habían montado una gigantesca red de tránsito amazónico entre Colombia , Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador para abastecer de materia prima la producción del veneno de una parte de la sociedad contemporánea.
Las frágiles rutas nacionales fueron invadidas por enormes "mulas" que cargaban tanques de precursores químicos traídos al país con todas las de ley.Los jóvenes eran ocupados en la cosecha de coca como lo más normal del mundo. Este panorama no ha cambiado. Nada ni nadie ha podido detener este azote y hoy es más peligroso que nunca porque esa guerra aún no comienza y los bandos lo harán en desigualdad de condiciones.
Todo se ha gastado en los pocos operativos para combatir el cultivo de plantas, mientras los rostros invisibles del narcotráfico y la subversión se fortalecen.Sin embargo, parece que nada ocurre. Nuestra Amazonía es una isla de fantasía en donde la vida pasa entre la soledad y el trabajo.
Es otro de los mitos que el gobierno no quiere enfrentar sabiendo más de lo que aquí se dice ¿Por qué?