Por Fernando Borja Gallegos

2 de enero de 2020

“Los ladrones somos gente honrada” es el título del libro escrito por Enrique Jardiel Poncela. Al rememorarlo, consideré oportuno poner el nombre de mi artículo con el título de la mentada obra, tomando en cuenta que los implicados en actos de corrupción aseveran que, “los ladrones somos gente honrada”.

La prensa libre de América, constantemente, publica nombres de funcionarios y exfuncionarios que han delinquido en sus países, lamentablemente al ser informados, se fugan para evitar los alcance el brazo de la ley:

En Petroecuador se descubren robos y los acusados sostienen “los ladrones somos gente honrada”; como el caso de Carlos Pareja, Alex Bravo, Alexei Mosquera, entre otros, algunos miembros de la Función Judicial son investigados y esos destacan “los ladrones somos gente honrada”; múltiples contratos con empresas extranjeras son dolosos y los partícipes y socios de ellos subrayan “los ladrones somos gente honrada”.

En Perú, muchos de los ex Jefes de Estado tienen prohibición de salir de su país: Ollanta Humala y su esposa, Pedro Pablo Kuczynski, Alberto Fujimori, y se tramita la extradición de Alejandro Toledo.

En Colombia, algunos ex funcionarios fueron sancionados por hechos dolosos y se investiga lo atinente al aporte de Odebrecht a la campaña del ex Presidente Juan Manuel Santos y del ex candidato presidencial Oscar Iván Zuloaga.

En Brasil, la mayoría de los dirigentes políticos son acusados por el Ministerio Público, dentro del caso conocido como Lavajato. El ex Presidente Luiz Ignacio Lula da Silva, fue sentenciado a más de 12 años de prisión, la ex Presidenta Dilma Rousseff y el ex Presidente Michel Temer, son investigados por delitos conexos con la corrupción. Legisladores y Gobernadores fueron recluidos en cárceles estatales, como ejemplo, el caso del ex Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.

En Argentina, altos funcionarios y empresarios son investigados y acusados por “el caso de los cuadernos” en los que se detallan las ingentes coimas, como es el caso del ex Vicepresidente Amado Boudou, José López ex Secretario de Obras Públicas, Julio De Vido ex Secretario de Planificación, Lázaro Báez, empresario, etc. etc.

En Centroamérica, ex Presidentes se encuentran detenidos y otros prófugos, como ejemplo: Alvaro Colón y Otto Pérez de Guatemala, Antonio Saca González y Mauricio Funes de El Salvador, Rafael Callejas de Honduras.

Si agregamos a eses torbellino de delincuencia, los sobornos y la falta de energía para investigar a fondo el imperio del delito, se puede afirmar que, si no hay castigo ejemplar, América puede transformarse en una colonia penal o en un paraíso de delincuentes.

Al recabar información a los imputados de delitos, sean de derecha o de izquierda, ellos responden “los ladrones somos gente honrada”