Para preservar la naturaleza hay que conservar a los jóvenes y sus condiciones de vida, agregó. “Tenemos muchos recursos naturales en Ecuador, recursos mineros, tenemos petróleo, pero se nos ha olvidado la gente; nos hemos olvidado de los seres humanos, nos hemos olvidado de la pobreza”, manifestó al destacar que su país,
como Colombia, son los países más biodiversos del mundo y también hogar de innumerables especies de flora y fauna, de pueblos indígenas y afro.
Noboa aseguró que su país está comprometido con los tres objetivos del convenio y con la implementación integral del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado en la anterior reunión, la COP15.
El mandatario ecuatoriano vino a esta ciudad para asistir a la inauguración de el segmento de alto nivel de la COP16, que congregó a varios mandatarios de la región y al Secretaria General de la ONU, Antonio Guterres. Los gobernantes llamaron a actuar y comprometerse para proteger la biodiversidad, porque la supervivencia de la humanidad depende de eso.
El secretario de la ONU, Antonio Guterres señaló que la humanidad está “librando una guerra” contra la naturaleza en la que no habrá vencedores, pues cada año “las temperaturas (van a subir más y más”, se pierden especies y se vierten desechos plásticos en los océanos, ríos y lagos por lo que, según dijo, es necesario que los países aumenten y cumplan sus compromisos: “ningún país, rico o pobre, es inmune a la devastación provocada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación de la tierra y la contaminación”.
“Estas crisis ambientales están entrelazadas, no conocen fronteras y están devastando ecosistemas y medios de vida, amenazando la salud humana y socavando el desarrollo sostenible”, añadió.
Para Guterres, es necesario implementar el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, para lo cual se requiere “un sólido sistema de seguimiento, información y revisión para seguir los progresos, así como un paquete de movilización de recursos para aumentar la financiación de todas las fuentes, movilizando al menos 200.000 millones de dólares al año para 2030”.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro considera que el principal problema al que se enfrenta la humanidad en la actualidad es la “extinción” y cree que no hay una “acción” mundial para evitarlo: “es la codicia la que está guiando qué hacer con cuestiones como la crisis climática y la muerte de la biodiversidad”.
Por eso, afirmó, Colombia organizó la cumbre pensando en que el pueblo tome “las decisiones alrededor de la vida, de la especie humana”.
“Los pueblos del mundo tienen que tomar las decisiones para una revolución mundial que es lo que necesitamos en realidad. Un viejo amigo mío (…) decía que la revolución es una fiesta. Es el momento de comenzar una fiesta mundial porque si no la comenzamos, nos van a llenar los pueblos y ciudades de cementerios”, añadió.
En esa misma línea se pronunció el presidente ecuatoriano, quien apuntó que para preservar la naturaleza hay que conservar a los jóvenes y sus condiciones de vida.
“Tenemos muchos recursos naturales en Ecuador, recursos mineros, tenemos petróleo, pero se nos ha olvidado la gente; nos hemos olvidado de los seres humanos, nos hemos olvidado de la pobreza”, manifestó Noboa.
Ecuador, como Colombia, es uno de los países más biodiversos del mundo y es también hogar, además de innumerables especies de flora y fauna, de pueblos indígenas y afro.
Por ello, Noboa aseguró que su país está comprometido con los tres objetivos del convenio y con la implementación integral del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, adoptado en la anterior reunión, la COP15.
El vicepresidente boliviano, por su parte, defendió el “horizonte de vida” basado en los pueblos originarios y el caminar “respetando las leyes de la madre naturaleza” frente al “paradigma occidental capitalista y civilizatorio”. “Si la madre tierra pudiera hablar nos exigiría asumir conciencia sobre el matricidio del que somos autores directos y conscientes. Si las aves, peces, reptiles y mamíferos pudieran hablar nos juzgarían por la extinción masiva de especies y animales que no tienen retorno (…) Si los océanos pudieran hablar, nos juzgarían por los millones de toneladas de basura y residuos que cubren los océanos”, manifestó Choquehuanca.