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Javier Simancas C

Javier Simancas C

Viernes, 18 Septiembre 2020 02:52

¿UNA NUEVA ERA?

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO 

19 DE JULIO   DE 1978 

¿UNA NUEVA ERA?

Contra viento y marea

 Javier Simancas C.(Juan de la Luna S.*)

         El anhelo popular largamente reprimido tras un  largo período dictatorial  tuvo al fin su válvula de escape. Libre y soberanamente el pueblo, en su mayoría integrado por gente  joven, ejerció su derecho al sufragio y  con ello puso fin a una   época política de una mal llamada  democracia militar y abrió el camino de otra cívica, pero  aún sin identificación, que llega  con   más  interrogantes que certezas.

        Pero lo importante  en esta etapa de transición histórica,  es preciso destacar, es  que han quedado definidas dos tendencias que, si bien son muy vecinas por sus declaraciones programáticas, distan mucho  en cuanto a las bases doctrinarias y políticas que propugnan. Estas dos corrientes, la una de la centro izquierda y la otra  de la derecha conservadora, mencionan como fundamento de sus acciones el cambio social. El pueblo ha elegido a sus dos más altos representantes.Depende de ellos si cumplen las promesas o si protagonizan el comienzo de una frustración nacional,otra más de los que ha tenido en su historia nuestra nación.

       La  reforma agraria, la creación de nuevas fuentes de trabajo, la construcción de más   viviendas populares;cambios   en las formas de producción  no pueden ejecutarse sin una filosofía, una doctrina, un partido,un plan.

      En manos de los hombres progresistas de la Patria, que están por escribir la primera página de esta nueva era, está la respuesta   al reto popular. La adhesión nacional al escogerlos entre los mejores, los obliga a corregir los viejos errores y definir la correcta postura que mejore la vida y los intereses sociales de los ecuatorianos. La primera vuelta electoral tiene trazado su sendero.

*Este artículo  fue escrito  con el seudónimo  Juan de la Luna S. y su autor es el periodista  Javier Simancas Cevallos

Lunes, 24 Agosto 2020 22:06

TESTIMONIO DEL TIEMPO

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

19 DE JULIO   DE 1978

¿UNA NUEVA ERA?

 

Contra viento y marea

 Javier Simancas C.(Juan de la Luna S.*)

          El anhelo popular largamente reprimido tras un  largo período dictatorial  tuvo al fin su válvula de escape. Libre y soberanamente el pueblo, en su mayoría integrado por gente  joven, ejerció su derecho al sufragio y  con ello puso fin a una   época política de una mal llamada  democracia militar y abrió el camino de otra cívica, pero  aún sin identificación, que llega  con   más  interrogantes que certezas.

          Pero, lo importante  en esta etapa de transición histórica,  es preciso destacar,  que han quedado definidas dos tendencias que, si bien son muy vecinas por sus declaraciones programáticas, distan mucho  en cuanto a las bases doctrinarias,ideológicas y políticas que propugnan.

         Estas dos corrientes mencionan como fundamento de sus acciones el cambio social. El pueblo ha elegido a sus dos más altos representantes.Depende de ellos si cumplen las promesas o si protagonizan el comienzo de una frustración nacional,otra más de los que ha tenido en su historia nuestra nación.

         La  reforma agraria, la creación de nuevas fuentes de trabajo, la construcción de más   viviendas populares;cambios   en las formas de producción  no pueden ejecutarse sin una filosofía, una doctrina, un partido,un plan.   En manos de los hombres progresistas de la Patria, que están por escribir la primera página de esta nueva era, está la respuesta   al reto popular.

La adhesión nacional al escogerlos entre los mejores, los obliga a corregir los viejos errores y definir la correcta postura que mejore la vida y los intereses sociales de los ecuatorianos.

*Juan de la Luna  es el seudónimo  con que escribía  Javier Simancas en tiempos  de dictadura militar 

Domingo, 23 Agosto 2020 01:28

TESTIMONIOS DEL TIEMPO

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

3 DE JULIO   DE 1978

Contra viento y marea

¿QUIEN ES EL CULPABLE?

Javier Simancas C.(Juan de la Luna S.*)

¿Quién o quiénes son los responsables del fracaso de los escrutinios de las elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República?

Si hubiera un jurado del pueblo inmediatamente pasarían al sillón  de los acusados: el Tribunal Supremo Electoral, los partidos políticos y sus representantes que concurren a las audiencias públicas y  otros invisibles  cómplices y encubridores del delito de fraude de la voluntad  soberana  del pueblo.

Los miembros del Supremo Electoral son acusados por múltiples causas: sucesivos errores en la conducción del proceso eleccionario  desde el comienzo de su gestión; arrogancia de algunos de sus componentes que están provocando la desintegración del organismo; un ineficaz aparato técnico-administrativo, autor de los problemas de última hora que han tenido que afrontar los tribunales provinciales; e  incumplimiento de la ley,   reglamentos e instructivos.

Por estas causas  son responsables de las irregularidades cometidas y que han motivado la anulación de las elecciones en un número significativo de   juntas receptoras del voto en las provincias de Esmeraldas y Cotopaxi, y que al momento, ya no son “ un pálido reflejo de lo que vendrá  sino  un claro reflejo que se  ha burlado  la voluntad popular expresada  el 16 de julio.

  Hay que subrayar  que en vez de ofrecer soluciones, los tribunos pretenden eludir responsabilidades, tratando de endilgar la culpa a los organismos provinciales como  los autores de los hechos denunciados.

Por estas causas, si hubiera el jurado del pueblo, sus integrantes estarían sentenciados a fuertes condenas y sobre todo a la sanción moral de todos los ecuatorianos.

Los otros acusados representantes de los partidos políticos  que, en representación  de los bloques de derecha, centro e izquierda concurren a las audiencias públicas,  deberían ser juzgados por no denunciar las evidencias del fraude electoral, pero   al contrario, más bien coadyuvan a que las irregularidades descubiertas sean causa  de anulación, con el único propósito de perjudicar a los candidatos adversarios.

A esto se añade que cada agrupación, cada partido, ha olvidado su misión fundamental y ha dejado atrás la necesidad suprema de propiciar la unidad nacional tantas veces enunciada en retóricas intervenciones y nunca practicada.

La sentencia para estos responsables del fracaso electoral, sería más  severa que la impuesta para aquellos que son el obstáculo a la democratización del país.Estamos a punto de culminar  el proceso de  democratización del Estado, y ahora más que nunca nos encontramos desunidos y desorganizados.

Parece que   quisieran que este proceso  fracase, y que sea el camino de la violencia y anarquía  la respuesta a la decisión popular de cambiar el estado de cosas y de volver a la normalidad constitucional, tan difícilmente  conquistada.

*Estos editoriales  se publicaron con el seudónimo Juan de la Luna S. cuyo autor  es el periodista Javier Simancas C.

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

4 DE JULIO  DE 1978

Contra viento y marea

LA PROMESA SE CUMPLE

Javier Simancas C.(Juan de la Luna S.*)

Las voces del pesimismo y la duda se pierden mientras más cercano está el día en que los ecuatorianos conquistaremos los legítimos derechos que regulan la vida democrática de una República.

La promesa del Gobierno  de las Fuerzas Armadas de devolver  el ejercicio de uno de los más preciados derechos políticos:  el de elegir y ser elegidos, es lo trascendental que ahora nos toca defender y asumir con altura y civismo, mediante la correcta selección de nuestros gobernantes.

En la conciencia cívica nacional ha nacido la esperanza de que nada ni nadie impedirá que la vuelta a la normalidad se cumpla en un ambiente de libertad y plenas garantías, porque así lo demuestran las medidas adoptadas para el éxito  electoral. 

Los errores cometidos a lo largo de estos treinta meses que ha durado el proceso de restauración  se justifican   siempre  que éstos  se hayan cometido de buena fe, con el sano interés de que la devolución del Poder  se efectúe en el marco de un ambiente político sólido, con un despertar cívico  en el que los ecuatorianos sepamos qué es lo que queremos y lo que decidimos.

La impaciencia en los sectores políticos también se justifica  porque  ésta más   se identificó con la obediencia y mesura en la polémica y     con modestos cuestionamientos  de la gestión gubernamental. Los pocos intransigentes ahora participan intensamente en la campaña electoral  porque, con errores e impaciencia, estamos a la puerta de una gran fecha que fija el nuevo destino de los ecuatorianos.

La promesa se cumple. Nos corresponde a nosotros elegir hombres que se comprometan con el desarrollo del país, hombres que hablen clara y francamente, con la verdad y el desinterés, y que se alejen del adulo y de los falsos compromisos; hombres que sepan que es democracia y estado de Derecho.

Debemos pensar que nuestros futuros gobernantes no deben someter a la República a experimentaciones que han caracterizado la vida polìtica  ecuatoriana: entre el Poder Militar y el Poder Civil. 

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

8 DE JULIO   DE 1978

Contra viento y marea

EL LENGUAJE POLÍTICO

Javier Simancas C.(Juan de la Luna S.*)

Oír hablar en términos como “...vamos a implantar la justicia social con libertad”; “en mi Gobierno se impondrá la Nueva Democracia”; “haremos la redistribución geográfica del ingreso...”; “Vamos a eliminar la explotación y la miseria”; “haré el Milagro ecuatoriano”; “nuestro gobierno será de los trabajadores del campo y la ciudad...”, en fin tantos slogans, como si se tratara de introducir algún producto en el mercado, es el nuevo lenguaje político que utilizan los presidenciables, dentro del libre ejercicio de la democracia en época dictatorial.

Pero, este lenguaje político   de las “nuevas figuras” es una vieja estrategia que ha sido registrada desde la época floreana, garciana, alfarista, juliana y velasquista y que reaparece luego de ocho años para exponerse  por  diferentes  canales como la radio, la televisión  y complementada con el discurso sin contenido pronunciado en las tarimas.

¿Cómo pretender un cambio social, una transformación de estructuras -entendido ésto  como lo pregonan los “nuevos políticos”- en América y en Ecuador, después de la experiencia Allendista en Chile y  antes en  República Dominicana?.

 El tinte revolucionario de las tesis de Gobierno expuesta  unilateralmente por los partidos y alianzas electorales que respaldan a seis candidaturas presidenciales tienen una marca: engañando se engañan creando falsas ilusiones moldeando y distorsionando el sentimiento   de hombres y mujeres que esperan mejores días para sí y los suyos.

¿Qué pasaría si los ecuatorianos exigieran realmente el cumplimiento de tan sociales slogans?. Más honesto, real y práctico sería  que los futuros conductores del Gobierno constitucional dediquen sus esfuerzos a reformar, mejor dicho a “reconstruir” los vacíos  heredados en el campo  cultural, educativo, nutritivo, productivo, industrial, agrícola.moral,ético y político.

Hablar de cambios suena hueco, procurar reformas  interesante, hacer innovaciones, lo certero.

Además  el orden    jurídico del Estado  no necesita promesas insurgentes  sino hechos concretos, cumplimiento fiel de la Carta Política aprobada en referendum, necesita encarar el problema indigenista relegado por siglos.Para gobernar  hay que estar de acuerdo con el sentido de las palabras, pero el “lenguaje político” es tal, como permanente  es el statu quo.

*Estos editoriales  se publicaron con el seudónimo Juan de la Luna S. cuyo autor  es el periodista Javier Simancas C.

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

12 DE JULIO  DE 1978

Contra viento y marea

NO A LA PROVOCACIÓN

Javier Simancas C.(Juan de la Luna S.*)

Cuando el pueblo está por conseguir el retorno democrático largamente esperado, repudiables acciones están sucediendo en el territorio nacional buscando la manera de alterar el clima de relativa paz que ha caracterizado al proceso electoral.

Esta vez, no cabe responsabilizar a una supuesta filiación política. Los hechos de violencia se han registrado en Guayaquil, Milagro, Esmeraldas y     Quito. Se está tratando de crear un clima de inquietud y tensión, utilizando medios criminales  para conseguir un fin negativo  que aliente  el ausentismo ciudadano a las urnas.

Además, está claro  que se intenta provocar al pueblo que ya está preparado y listo para escoger su destino. Pero  lo que no sospechan, lo que no saben los instigadores de estos actos de violencia,   estos provocadores es  el pueblo responderá masivamente en las urnas.

Son vanas las mutuas inculpaciones. La campaña electoral  como epílogo y como ejemplo de patriotismo  debe demostrarle a los instigadores  que en la lucha política hay  saber perder y   saber ganar.

Ante todo y por sobre todo, a está la unidad    y a este esfuerzo   contribuimos todos los ecuatorianos.

El intento de desorden y de  obstrucción  hacia  la restauración democrática  no puede quedar en el misterio, el pueblo   reclama   acciones prontas y eficaces para descubrir a los autores de estos atentados.

Estamos a las puertas de la constitucionalidad. Caer en las provocaciones es propiciar el  juego de intereses oscuros e indignos, propios de los enemigos del retorno.


*Estos editoriales  se publicaron con el seudónimo Juan de la Luna S. cuyo autor  es el periodista Javier Simancas C.

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

19 DE JULIO  DE  1978

Contra viento y marea

¿A QUIEN CULPAR?

Javier Simancas C.(Por Juan de la Luna S.*)

El Tribunal Supremo Electoral ha llegado a las  mismas conclusiones del anterior organismo que funcionó hasta el 22 de septiembre e incluso ha revelado hechos más irregulares todavía, como es el caso de que algunas juntas electorales realizaron los escrutinios en sus domicilios.

Al igual que el anterior organismo, los actuales miembros, no han podido precisar, ni identificar  a los responsables de estas anomalías  que en el lenguaje político constituye el gran fraude electoral que anunció el doctor Rafael Arízaga Vega  y que,sin lugar a dudas, se produjo durante las doce horas de sufragio del 16 de julio anterior.

Antes del 22 de septiembre muchas conjeturas se tejieron alrededor de la  anulación  de los votos. Algunas con mucha base y otras como mera especulación. Lo que sí es cierto, es que los autores de estas irregularidades son militantes de un partido político que, seguramente hasta las vísperas del 16 de julio, estuvo completamente seguro de que no iba a ganar las elecciones y dispuso a sus militantes que  procuren, en la medida de las circunstancias,   dañar las elecciones.

Este partido, según las hipótesis de aquellos días de indecisión política, es Concentración de Fuerzas Populares, CFP. Ahora lo que se hace preciso es llegar hasta las últimas consecuencias, puesto que el Tribunal Supremo Electoral, aunque por distinto camino, ha llegado a las mismas conclusiones. Ha sido saboteada la voluntad popular y por consiguiente es indispensable que se determine definitivamente, con valentía y honestidad, a los autores intelectuales de estos acontecimientos que ponen en peligro el retorno a la normalidad democrática. 

Una comisión investigadora de alto nivel se hace indispensable en este momento en que nuevamente los nubarrones del caos político ensombrecen nuestro país. Esta comisión de miembros del  organismo  electoral y de los partidos políticos, así como del Gobierno, tiene que determinar en el menor tiempo, quienes tuvieron que ver con estas anormalidades. Para muchos, incluidos algunos ex candidatos presidenciales, los hechos puestos a la luz pública fueron provocados por la negligencia y falta de conocimiento de los miembros de las juntas receptoras del voto, para otros, como el caso de lo ocurrido en la provincia de Pichincha, tuvo su origen en los coordinadores del organismo seccional, todos pertenecientes a Concentración de Fuerzas Populares.

En definitiva, hemos vuelto a lo mismo. El camino recorrido por el anterior Tribunal y el actual ha llegado al mismo punto. Antes se denunció un fraude de grandes proporciones, ahora se dice que son anomalías, sin embargo, de que se han ajustado a la Ley de Elecciones, instrumento jurídico que han pedido se reforme, para evitar los problemas  que ahora son motivo de honda preocupación entre los ecuatorianos.

La mano negra existe. El descubrimiento de ésta y de sus cómplices  es un imperativo porque. de lo contrario, el proceso electoral y los ganadores presidenciales no podrán ejercer el Poder libremente, en vista de que sobre triunfo se tenderá el manto de la duda que hará débil el ejercicio de su mandato presidencial.

*Estos editoriales  se publicaron con el seudónimo Juan de la Luna S. cuyo autor  es el periodista Javier Simancas C

Sábado, 22 Agosto 2020 23:54

¿A QUIEN CULPAR?

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

19 DE JULIO  DE  1978

Contra viento y marea

¿A QUIEN CULPAR?

Javier Simancas C.(Por Juan de la Luna S.)

El Tribunal Supremo Electoral ha llegado a las  mismas conclusiones del anterior organismo que funcionó hasta el 22 de septiembre e incluso ha revelado hechos más irregulares todavía, como es el caso de que algunas juntas electorales realizaron los escrutinios en sus domicilios.

Al igual que el anterior organismo, los actuales miembros, no han podido precisar, ni identificar  a los responsables de estas anomalías  que en el lenguaje político constituye el gran fraude electoral que anunció el doctor Rafael Arízaga Vega  y que,sin lugar a dudas, se produjo durante las doce horas de sufragio del 16 de julio anterior.

Antes del 22 de septiembre muchas conjeturas se tejieron alrededor de la  anulación  de los votos. Algunas con mucha base y otras como mera especulación. Lo que sí es cierto, es que los autores de estas irregularidades son militantes de un partido político que, seguramente hasta las vísperas del 16 de julio, estuvo completamente seguro de que no iba a ganar las elecciones y dispuso a sus militantes que  procuren, en la medida de las circunstancias,   dañar las elecciones.

Este partido, según las hipótesis de aquellos días de indecisión política, es Concentración de Fuerzas Populares, CFP. Ahora lo que se hace preciso es llegar hasta las últimas consecuencias, puesto que el Tribunal Supremo Electoral, aunque por distinto camino, ha llegado a las mismas conclusiones. Ha sido saboteada la voluntad popular y por consiguiente es indispensable que se determine definitivamente, con valentía y honestidad, a los autores intelectuales de estos acontecimientos que ponen en peligro el retorno a la normalidad democrática. 

Una comisión investigadora de alto nivel se hace indispensable en este momento en que nuevamente los nubarrones del caos político ensombrecen nuestro país. Esta comisión de miembros del  organismo  electoral y de los partidos políticos, así como del Gobierno, tiene que determinar en el menor tiempo, quienes tuvieron que ver con estas anormalidades. Para muchos, incluidos algunos ex candidatos presidenciales, los hechos puestos a la luz pública fueron provocados por la negligencia y falta de conocimiento de los miembros de las juntas receptoras del voto, para otros, como el caso de lo ocurrido en la provincia de Pichincha, tuvo su origen en los coordinadores del organismo seccional, todos pertenecientes a Concentración de Fuerzas Populares.

En definitiva, hemos vuelto a lo mismo. El camino recorrido por el anterior Tribunal y el actual ha llegado al mismo punto. Antes se denunció un fraude de grandes proporciones, ahora se dice que son anomalías, sin embargo, de que se han ajustado a la Ley de Elecciones, instrumento jurídico que han pedido se reforme, para evitar los problemas  que ahora son motivo de honda preocupación entre los ecuatorianos.

La mano negra existe. El descubrimiento de ésta y de sus cómplices  es un imperativo porque. de lo contrario, el proceso electoral y los ganadores presidenciales no podrán ejercer el Poder libremente, en vista de que sobre triunfo se tenderá el manto de la duda que hará débil el ejercicio de su mandato presidencial.

Sábado, 22 Agosto 2020 23:38

EL LENGUAJE POLÍTICO

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

8 DE JULIO   DE 1978

Contra viento y marea

EL LENGUAJE POLÍTICO

Javier Simancas C.(Juan de la Luna S.)

Oír hablar en términos como “...vamos a implantar la justicia social con libertad”; “en mi Gobierno se impondrá la Nueva Democracia”; “haremos la redistribución geográfica del ingreso...”; “Vamos a eliminar la explotación y la miseria”; “haré el Milagro ecuatoriano”; “nuestro gobierno será de los trabajadores del campo y la ciudad...”, en fin tantos slogans, como si se tratara de introducir algún producto en el mercado, es el nuevo lenguaje político que utilizan los presidenciables, dentro del libre ejercicio de la democracia en época dictatorial.

Pero, este lenguaje político   de las “nuevas figuras” es una vieja estrategia que ha sido registrada desde la época floreana, garciana, alfarista, juliana y velasquista y que reaparece luego de ocho años para exponerse  por  diferentes  canales como la radio, la televisión  y complementada con el discurso sin contenido pronunciado en las tarimas.

¿Cómo pretender un cambio social, una transformación de estructuras -entendido ésto  como lo pregonan los “nuevos políticos”- en América y en Ecuador, después de la experiencia Allendista en Chile y  antes en  República Dominicana?.

El tinte revolucionario de las tesis de Gobierno expuesta  unilateralmente por los partidos y alianzas electorales que respaldan a seis candidaturas presidenciales tienen una marca: engañando se engañan creando falsas ilusiones moldeando y distorsionando el sentimiento   de hombres y mujeres que esperan mejores días para sí y los suyos.

¿Qué pasaría si los ecuatorianos exigieran realmente el cumplimiento de tan sociales slogans?. Más honesto, real y práctico sería  que los futuros conductores del Gobierno constitucional dediquen sus esfuerzos a reformar, mejor dicho a “reconstruir” los vacíos  heredados en el campo  cultural, educativo, nutritivo, productivo, industrial, agrícola.moral,ético y político.

Hablar de cambios suena hueco, procurar reformas  interesante, hacer innovaciones, lo certero.Además  el orden    jurídico del Estado  no necesita promesas insurgentes  sino hechos concretos, cumplimiento fiel de la Carta Política aprobada en referendum, necesita encarar el problema indigenista relegado por siglos.Para gobernar  hay que estar de acuerdo con el sentido de las palabras, pero el “lenguaje político” es tal, como permanente  es el statu quo.

 

 

Sábado, 22 Agosto 2020 23:22

¿QUIEN ES EL CULPABLE?

DIARIO EL TIEMPO DE  QUITO

3 DE JULIO   DE 1978

Contra viento y marea

¿QUIEN ES EL CULPABLE?

Javier Simancas C.(Juan de la Luna S.)

¿Quién o quiénes son los responsables del fracaso de los escrutinios de las elecciones para Presidente y Vicepresidente de la República?

Si hubiera un jurado del pueblo inmediatamente pasarían al sillón  de los acusados: el Tribunal Supremo Electoral, los partidos políticos y sus representantes que concurren a las audiencias públicas y  otros invisibles  cómplices y encubridores del delito de fraude de la voluntad  soberana  del pueblo.

Los miembros del Supremo Electoral son acusados por múltiples causas: sucesivos errores en la conducción del proceso eleccionario  desde el comienzo de su gestión; arrogancia de algunos de sus componentes que están provocando la desintegración del organismo; un ineficaz aparato técnico-administrativo, autor de los problemas de última hora que han tenido que afrontar los tribunales provinciales; e  incumplimiento de la ley,   reglamentos e instructivos.

Por estas causas  son responsables de las irregularidades cometidas y que han motivado la anulación de las elecciones en un número significativo de   juntas receptoras del voto en las provincias de Esmeraldas y Cotopaxi, y que al momento, ya no son “ un pálido reflejo de lo que vendrá  sino  un claro reflejo que se  ha burlado  la voluntad popular expresada  el 16 de julio.

  Hay que subrayar  que en vez de ofrecer soluciones, los tribunos pretenden eludir responsabilidades, tratando de endilgar la culpa a los organismos provinciales como  los autores de los hechos denunciados.

Por estas causas, si hubiera el jurado del pueblo, sus integrantes estarían sentenciados a fuertes condenas y sobre todo a la sanción moral de todos los ecuatorianos.

Los otros acusados representantes de los partidos políticos  que, en representación  de los bloques de derecha, centro e izquierda concurren a las audiencias públicas,  deberían ser juzgados por no denunciar las evidencias del fraude electoral, pero   al contrario, más bien coadyuvan a que las irregularidades descubiertas sean causa  de anulación, con el único propósito de perjudicar a los candidatos adversarios.

A esto se añade que cada agrupación, cada partido, ha olvidado su misión fundamental y ha dejado atrás la necesidad suprema de propiciar la unidad nacional tantas veces enunciada en retóricas intervenciones y nunca practicada.

La sentencia para estos responsables del fracaso electoral, sería más  severa que la impuesta para aquellos que son el obstáculo a la democratización del país.

Estamos a punto de culminar  el proceso de  democratización del Estado, y ahora más que nunca nos encontramos desunidos y desorganizados.

 

Parece que   quisieran que este proceso  fracase, y que sea el camino de la violencia y anarquía  la respuesta a la decisión popular de cambiar el estado de cosas y de volver a la normalidad constitucional, tan difícilmente  conquistada.

Sábado, 25 Abril 2020 04:39

LA PRUEBA DE FUEGO

 

DIARIO EXPRESO

17 DE ABRIL DE 1990

LA PRUEBA DE FUEGO

Javier Simancas  C

 Todavía el presidente de la República,Rodrigo Borja Cevallos no han tenido la prueba de fuego verdadera como la que tuvieron  que enfrontar los gobiernos de Osvaldo  Hurtado y  León Febres Cordero, como fue  la violencia generalizada y sistemática que puso al país al borde del colapso y la estabilidad  democrática.

 Han sido veinte meses en las que hasta la naturaleza ha sido prodiga para que el presidente pueda poner en marcha todos los  anhelos de proveer a los ecuatorianos de vivir en paz, tener techo, trabajo, libertad y justicia social. No ha tenido oposición alguna, la derecha extremista no tuvo los instrumentos políticos que esperaba que se den en el primer año. La izquierda revolucionaria con lo que viene ocurriendo con Europa oriental  y lo sucedido  en Nicaragua, no ha podido aún insertarse en este nuevo contexto y prácticamente descuidado  escenario nacional.

 Los casos de corrupción en el sector público, que no son pocos, fueron neutralizados hábilmente por el gobernante, desde luego con el apoyo de otros sectores sociales que de una u otra forma hacen opinión pública nacional.

 Para enfrentar los paros de los trabajadores y transportistas recurrieron a aquellas medidas a las que no estuvieron acostumbrados los dictadores militares, es decir, aplicar los mandatos de la Ley de Seguridad Nacional que se convirtió en un instrumento    quizás superior a la propia Constitución Política.

 Las  fuerzas laborales no demostraron su poder de convocatoria como en los anteriores gobiernos en donde convergieron con  su apoyo partidos y organizaciones que ahora   están aliadas al gobierno, aunque cargando con el peso de los desaciertos y frustraciones. 

Mayo puede ser la primera prueba de fuego, si es que se logra juntar el “aceite con el agua” mejor dicho si trabajadores y transportistas logran hacer el matrimonio. Todo apunta a que los trabajadores han dejado de lado y olvidado sus enconos, su lucha en contra de los “monopolistas del transporte” y estos sus intereses para dar paso a una alianza sin precedentes.

 Hostigar al gobierno aprovechando el descontento generalizado y contenido del pueblo parece  ser el objetivo final de esta nueva amenaza de huelgas y  probables actos de  violencia.

 Si esta convergencia funciona y si el pueblo está dispuesto a expresar su rechazo el hambre, a la miseria, al alto costo de la vida, falta de educación, salud, entonces si, el gobierno del doctor Rodrigo Borja tendrá la verdadera prueba de fuego y los ecuatorianos seremos testigos de su dote de gobernante y estadista que tanto cuestionan y ponen en duda sus enemigos y ahora hasta sus propios coidearios.

Sábado, 25 Abril 2020 04:17

LOS OTROS EFECTOS

DIARIO EXPRESO

 10 ABRIL 1990

LOS OTROS EFECTOS

Javier Simancas  C

 Las denuncias abundan sobre  los vínculos del narcotráfico y los políticos, pero las pruebas escasean. Se privilegia los escasos triunfos policiales sobre el destierro de los sembríos y   se elogia que el país solo es ruta de paso. Sin embargo hay problemas de fondo que siguen vigentes; son múltiples y mucho más difíciles de resolver; son aquellos que involucran a muchos  en este submundo de corrupción y muerte.

 Después de la   muerte del juez Iván Martínez y la destitución de unos cuantos jueces acusados de estar vinculados al narcotráfico, los juicios penales   siguen un lento camino, parecería que los procesos fueron cortados de un solo tajo o que el miedo invadió a los jueces y fiscales de la República.La policía por más esfuerzos que efectúa no ha podido identificar a los sicarios que cegaron  la vida del doctor Martínez, uno de los más probos del país. Las pistas son tan diferentes como las mismas versiones de que el crimen fue ejecutado con las mafias nacionales y extranjeras.

Es un secreto a voces  del poder de la “narcodefensa” nacional, tan  peligrosa no solo por su influencia política y financiera, sino por la red entretejida entre magistrados, abogados, policías y carcelarios.

 Saben los organismos de investigación que en los últimos años han circulado   millones de sucres para pagar los favores de los malos administradores de justicia, de los corruptos alcaldes y presidentes de consejos municipales que hicieron del recurso de Habías Corpus un festín y fuente de enriquecimiento ilícito; de los narco policías y narco carceleros.

 La corrupción ha alcanzado tales niveles que los narco jueces en contubernio con los abogados  han llegado al extremo de poner tarifas a la libertad de sus detenidos.Por la  vía del Habías Corpus cobran entre diez, quince y más millones de sucres; vía judicial, según la sentencia  de cinco y diez millones, la libertad para los “mulas” o simple pasadores de la droga o simples comerciantes minoristas la tarifa fluctúa  entre el millón y dos millones. Los sobornos a policiales y carcelarios o a jueces para fugas misteriosas, sentencias torcidas o partes policiales inocentes también se tarifan según el caso.

 Frente a este panorama es muy lenta la reacción   hacia  la solución radical de los problemas. Las reformas legales, tantas veces planteadas, siguen a nivel de propuestas; el fortalecimiento de las fuerzas policiales que enfrentan o  luchan contra este azote son mínimas y dependen de la ayuda externa que es paupérrima;  a esto se agrega la falta de conciencia sobre la gravedad de ese fenómeno social, político y económico que sigue minando las bases de un sociedad que busca justicia y libertad.

Sábado, 25 Abril 2020 03:54

PARTIDOS “PARTIDOS”

DIARIO EXPRESO

19 MARZO DE 1990  

PARTIDOS “PARTIDOS”

Javier Simancas  C

La lucha por los puestos en la lista de candidatos y las inscripciones de la misma ha terminado. Aparentemente los partidos políticos han escogido a los mejores hombres para que el pueblo elija a los nuevos diputados, concejales y consejeros. Todo apunta a que se ha superado los escollos internos y cada una de las fuerzas organizadas se presentan unidas, decentes y democráticas.

 Han librado la primera batalla, sin embargo los problemas siguen intocados. Son partidos “partidos” o mejor dicho, hechos pedazos, porque en su interior continúan  luchas cruentas, cargadas de ambiciones personales, odios, rencores, porque carecen aún de una brújula y de liderazgo. Los quince partidos legales no han podido  superar la vieja cara del oportunismo y la mezquindad. Tampoco desterrar la influencia del poder y del dinero. Hay tantos nuevos candidatos que apenas han conocido las puertas de las organizaciones.

 En la historia del partidismo ecuatoriano, hay más capítulos de traiciones, odio,e ambiciones  antes  que proyectos que sirvan para la supervivencia de la democracia.

 El panorama de ahora es igual al que se vivió ayer y al que se vivirá mañana. Los partidos que son la razón de ser de la vida pública de una nación no han podido aún convertirse en el eslabón entre pueblo y gobierno entre gobernados y gobernantes.Lo que  dijeron  ser fuertes, coherentes, unitarios, que habían superado antiguos rencillas, han mostrado su rostro de vergüenza y ambición. Otros por inercia, por venganza e inoperancia de sus líderes han dejado que de la agonía pasen a la muerte.

 Este aspecto es igual en la derecha o izquierda, centro o en los extremos. han nacido de un mismo tronco: dos, tres y hasta cuatro partidos pero sin mucha diferencia. Aunque no se trata de una elección de  importancia, esta nueva medición de fuerzas evidenciará, otra vez, el grado de confianza del pueblo en los candidatos y los partidos y también la  mística popular que es la  razón de ser de la democracia y libertad.

Miércoles, 15 Abril 2020 03:25

IMPUESTO AL “LLEVE”

DIARIOS   EXPRESO- LA HORA

IMPUESTO AL "LLEVE"

11 MAYO 1990 Y 5 JUNIO 1990

 Javier Simancas C

 El “lleve” como ha sido bautizado no es nuevo. Con diferentes nombres se ha institucionalizado en la vida administrativa, pública y privada de la República. Ha sido, es y será la fuente de la corrupción y discordia entre adversarios y la plataforma para los aspirantes a presidentes,a diputados, concejales y consejeros. Las campañas electorales se fundamentan en la lucha por la moral y  para eliminar la corrupción.

 El “lleve” es más alto en los grandes contratos, en las transacciones costosas, pero también "llevan" los pequeños ladronzuelos de bajo nivel salarial burocr{atico. Estos últimos son los picaros que caen por centavos y a los que más persiguen los órganos de control fiscal.

 Hasta el momento no ha habido poder humano, peor legislación penal alguna que elimine esta manera de enriquecimiento ilícito de aquellos transeúntes de la política que se sirven del Estado para su provecho. El mal esta arraigado en lo más profundo de la sociedad ecuatoriana, es lo más normal porque la “comisión” del 10 o 15 % no deja huellas. Los nuevos ricos aparecen de un prudencial paréntesis de su vida pública y en otros casos paralelamente a su tránsito por el sector público con una desfachatez y desvergüenza que alarma.

 Cada vez que los sobornados y sobornadores se inventan más refinados fórmulas para el éxito del cohecho o  coíma. Ya no esperan los intermediarios en la antesala de los locales de los comités de licitación con los maletines negros a cada uno de los delegados, sino que hoy por hoy se abren cuentas en dólares o se entregan bienes-muebles en diferentes partes del país.

 En “arca abierta el justo peca” dice el refrán en la tentación de grandes y chicos. Los primeros alcanzan más poder y posiciones, los segundos apenas para supervivir o ir a la cárcel.

 El “lleve”... “lleve” ha recrudecido. Las denuncias vuelan a los cuatro vientos, la denuncia disimula, los órganos de control no tienen pista y los sumarios se arruman en los archivos de los juzgados, al igual que aquellas  denuncias que pusieron a buen recaudo en  los últimos años a los infractores.

 Muchos piensan que este fenómeno social de corrupción pública solo puede ser afrontado imponiendo tributos sobre la base de una exhaustiva investigación de los ingresos susceptibles de caer en estas tentaciones, hasta que en un auténtico congreso popular pueda legislar definitivamente contra el enriquecimiento ilícito.

 

 

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